A estas alturas todos sabemos que nuestro correo electrónico privado es leído de manera sistemática: con él se realizan estadísticas, definen tendencias, se analizan patrones, se nos clasifica como personas, se nos personaliza lo que se nos muestra, y un largo etcétera de otras acciones.
Si alguien todavia piensa que su correo «super-confidencial» es confidencial porque le escribe a una persona, está equivocado y lo invito a que se interese y lea las innumerables fuentes que han abordado el tema de la privacidad en Internet.
Si Usted, como yo, está preocupado con esto, le pregunto:
¿qué está haciendo para evitarlo y defender la privacidad de su correo?
La Free Software Foundation ha lanzado ya hace tiempo una campaña «Defensa personal del correo electrónico» con el objetivo de que hagamos halgo para «reducir la cantidad de datos que recojen de nosotros».
Debo reconocer que no es fácil, además parecería que hay un interés explícito de impedir que el usuario lo pueda hacer; pero defender nuestros datos debe ser parte de nuestra educación en Internet.
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Excelente información. Sugiero que cada uno piense porqué es obvio para él, que la clave pública es auténtica y cómo verificarlo. No necesariamente es difícil, se pueden compartir en un encuentro mano a mano, o leer el resumen por teléfono, o que alguien –confiable– nos –presente– las claves públicas o certificados. La confianza es la clave, y esa parte no tiene nada que ver con el software: como determinar si una rúbrica o clave pública es auténtica, es un problema que sigue siendo tan vigente ahora como para nuestros bisabuelos.