La Agencia para el Desarrollo del Gobierno de Gestión Electrónica y la Sociedad de la Información y del Conocimiento (AGESIC) ha publicado una guía de Recomendación de Estándares de formatos de archivo en ofimática para adopción en el Estado, que consiste en una serie de «recomendaciones de formatos de archivo a utilizar en las aplicaciones de ofimática por el Estado uruguayo», según aparece en el propio sitio.
Ver documento: estandares_de_ofimatica_v08
Del documento de recomendaciones extraigo una sección que me gustaría destacar donde se puede notar algunas tendencias:
a) la consideración de multiples sistemas operativos interactuando en los escritorios (hablamos de programas de ofimática)
b) la sugerencia de no aceptar formatos cerrados para recibir documentación.
Aquí parte del texto:
RECOMENDACIONES A LOS ORGANISMOS PÚBLICOS
* Utilizar estándares abiertos siempre que sea posible.
* Para la publicación de documentos, PDF es el estándar de mayor difusión nivel mundial, siendo posible abrir documentos en ese formato en la mayor parte de los computadores personales en uso, con software ya instalado. Los documentos guardados con PDF tienen un alto grado de durabilidad ya que el aspecto de los mismos no cambia cuando son abiertos en distintas versiones de software o distintos sistemas operativos.
* La generación de archivos en formato PDF es una funcionalidad incluida en el paquete gratuito OpenOffice.org. También es posible instalar software gratuito para la generación de archivos PDF a partir de la salida de impresión de cualquier otra aplicación.
* El formato PDF debería ser la opción preferencial para archivos en sus versiones finales, para publicar, distribuir o de los que se desea almacenar una copia que no va a ser modificada. En cambio, para archivos de trabajo en los que se desea realizar tareas de edición, el formato ODF es el recomendado.
* Si bien existen actualmente otros, el software más difundido que permite trabajar con ODF es el paquete de software libre OpenOffice.org. En nuestro medio tiene un nivel de penetración cada vez más alto, al punto de que se encuentra instalado en prácticamente cualquier cibercafé. En mucho organismos públicos es el único software de oficina que se instala desde hace años. Recomendamos entonces:
* instalar herramientas que usen estos formatos en todos los computadores personales que sea posible (ej. OpenOffice)
* capacitar a los funcionarios en su uso
* Existen en Uruguay y en el mundo actores con los que el Estado debe relacionarse y que no utilizan programas que pueden abrir archivos con formato ODF. Esto puede constituir una dificultad, similar a la que puede ocurrir si una institución pública envía a cualquier ciudadano un documento guardado en un formato cerrado de versiones de escaso nivel de compatibilidad. Con ODF es posible instalar el programa adecuado en forma gratuita. Por ello recomendamos:
* utilizar ODF como formato de intercambio de archivos de ofimática que requieran edición posterior,
* solicitar a quienes envían información a los organismos públicos, que lo hagan en formatos abiertos. Si es posible, directamente no aceptar formatos propietarios.
Sin duda, un movimiento hacia el lado correcto, que atiende las obligaciones del Estado como órgano de gestión colectiva y los derechos de los ciudadanos como gestionados por ese Estado.
