By | 12 mayo, 2004

Cuando el pueblo francés arremetía contra La Bastilla probablemente ignoraba que estaba abriendo las compuertas de la historia y dando salida al torrente que ha nutrido todas las batallas libertarias que se han librado en años posteriores. Hoy la producción científca y tecnológica se ha radicado en los países que pueden invertir un porcentaje importante de su producto bruto en esta rama y, los demás países que desean acceder a la tecnología o al conocimiento tecnológico deben vender el producido de su suelo (cosechas, petróleo, minerales, etc.) para dar el salto que impone la brecha tecnológica.

Hablar de «Libertad, Igualdad y Fraternidad» vinculada a la tecnología parecen, a primera vista, temas disímiles.

No obstante, estos tres conceptos son la esencia misma del Software Libre y son la razón del asombroso florecimiento de esta forma de software, que nació en el «underground» y hoy está golpeando las puertas de las grandes corporaciones, organismos multinacionales y los gobiernos. América Latina y el Caribe tienen frente a si una oportunidad óptima para cerrar esa brecha tecnológica e impulsar la revolución que catapulte la región desde el consumo hacia la producción de tecnología, manteniéndose siempre dentro de las estructuras democráticas, el pensamiento libertario y los derechos humanos.

Artículo publicado en el Portal Monitor políticas TIC y Derechos en Internet de la Asociación para las Comunicaciones (APC)

La «monarquía» tecnológica

De forma simple podemos decir que La Revolución Francesa fue la explosión de la clase burguesa que buscaba acceder al poder que le estaba totalmente negado por la clase monárquica.

Hoy la tecnología no se niega, se vende y es posible acceder a ella.

Nuestra región, no se caracteriza precisamente por ser vendedores de tecnología, al contrario, debemos tecnificarnos y para ello deberemos adquirir esa tecnología.

Los medios de comunicación (generalmente financiados por los propios vendedores de tecnología) impulsan nuestra fascinación por ese bien preciado (computadora, Internet, web, multimedia)[Di Cosmo, 1998]. Esto encarna en nuestros gobernantes con variadas etiquetas: e-goberment, e-inclusion, e-health; con lo cual parece impensable un futuro que no contenga estas «maravillas».

Las tecnologías de la información se dividen clasicamente en hardware, software y datos. Aunque nos gustaría que fuera de otra forma, el hardware debemos adquirirlo. El software viene (mágicamente) unido al hardware pero, aunque no quiéramos, también pagamos por él. Los datos los producimos nosotros y podemos decir, que en principio, que son nuestros y no debemos pagar por ellos.

El software propietario

Cuando adquirimos software no estamos adquiriendo el producto en sí, sino que lo que compramos es un permiso. Ese permiso se documenta en un contrato llamado licencia.

En la «monarquía» tecnológica, la licencia que estamos acostumbrados a aceptar es, en síntesis, un permiso de uso. Una licencia le otorga el derecho legal de ejecutar un programa de software, para cada programa de software que se utilice deberá tener una licencia. [Microsoft, 2002]

El software que solamente permite su uso es conocido como software propietario, porque el propietario del software (el vendedor de la licencia) mantiene para si todos los secretos intrínsecos del mismo, de forma equivalente a la propiedad industrial y los secretos industriales.

Pague y copie, pague y copie, pague…

La información digital (el software), a diferencia de los átomos (la materia), puede ser reproducida de forma trivial, con tal grado de exactitud que es imposible individualizar la copia del original.

Por otro lado, la licencia del software propietario solo me permite hacer una única copia, aquella que voy a utilizar, pero por más que la use, tampoco la gasto ni consumo (otra diferencia con los átomos).

A este software que puedo utilizar pero que no tengo el permiso para copiarlo, cada vez que deseo hacer una nueva copia debo suscribir una nueva licencia (y pagar su costo).

Como clientes estamos pagando por la misma tecnología muchas veces: adquirimos la tecnología hardware para copiar, adquirimos el permiso de uso de la tecnología software, pero no tenemos el permiso para reproducirla. Los vendedores de tecnología siguen patrones bien definidos: fragmentar el mercado, tener clientes cautivos, evitar la libre competencia, crear dependencia tecnológica y limitar el acceso a la información digital [Baldi, 2001]. Y así asegurar la venta de licencias para copias a nuestras escuelas, copias a nuestros hospitales, copias a nuestras universidades, copias a nuestras administraciones públicas…. y así hasta que logremos saltar la brecha digital.

Software Libre y la brecha digital

Libertad! La libertad está dada por los hechos: la copia sin permiso de software es el clamor de los consumidores para poder copiar. Y en algunos países el índice de copia llega al 100% [Microsoft, 2002] El software libre1 irrumpe en escena como una opción viable y legal para aplacar este clamor, porque, como su nombre lo dice, es software con libertades.

El software libre debe ser mirado como un conjunto de libertades, que nosotros -fieles a la simbología aquí planteada- las vinculamos con «Libertad Igualdad Fraternidad».

Libertad

La característica de libertad del software libre está dada por el permiso expreso del autor (mediante un documento de licencia) para hacer copias de forma irrestricta del software.

Quiere decir que una vez que el software es adquirido por una escuela, existe la libertad de copiarlo para muchas escuelas, hospitales, universidades, etc.

¿Esto quiere decir «gratis»?

Para nada. Alguien deberá pagar por los costos de desarrollo del software; y el modelo de desarrollo tampoco puede ser el mismo, el esfuerzo debe ser compartido [Raymond, 1998].

Decir que el software libre es gratis o decir que es software gratis es un error. No lo haga.

Igualdad

El autor de software libre comparte sus «secretos» y para esto entrega el código fuente de los programas. Esto permite estudiar intimamente la tecnología y aprender de ella, de forma equivalente al pintor que estudia la técnica de los Maestros de la plástica.

Y junto con la libertad de estudiar la tecnología, la licencia de software libre otorga la libertad de introducir mejoras al código de los programas, de adaptarlo, de recortarlo, de fusionarlo con otros programas de software libre, de derivarlo en la producción intelectual que más convenga.

Al compartir el código fuente y permitir modificarlo el autor está posicionando al usuario en igualdad de condiciones frente al software, el usuario se independiza del proveedor: puede aceptar o rechazar nuevas versiones, puede producir sus propias mejoras.

Fraternidad

Para que el modelo de desarrollo de software libre funcione requiere del aporte de muchos, de la fraternidad de muchos desarrolladores que comparten su trabajo intelectual.

La forma más efectiva de lograr esto es que las mejoras que introduce un usuario que modifica un software libre puedan ser compartidas con todos nuevamente y el modelo se retro-alimente. Y la licencia de software libre otorga la libertad de distribución de las mejoras, de estos trabajos derivados, con el fin de beneficiar a toda la comunidad.

Sin discriminación de grupos, personas o campos laborales

El software libre puede ser definido como el software cuya licencia permite la libre copia, libre modificación y libre distribución a cualquiera[FSF, 2002]. Estas libertades consagradas en la licencia de software libre no hacen discriminación de personas, grupos o campos laborales.[OSD, 2002]

Esta puntualización es necesaria pues existen licencias que permiten el uso de software «como libre» pero solo bajo ciertas plataformas, o sin fines de lucro, o para ciertos grupos. Estas licencias no son consideradas libres y por lo tanto su software no lo es.

La República

El software libre es hoy en día el resultado productivo de una comunidad de miles de desarrolladores en todo el mundo (más de 150.000) que ha demostrado que su modelo de desarrollo escala bien (más de 70.000 proyectos) y le juega de igual al software propietario.

Creo no exagerar al afirmar que el modelo productivo comunitario gestado en estos últimos 20 años en torno al software libre es el primero en ser exitoso a gran escala, contra la tendencia dominante de la propiedad individual forjado en nuestros últimos 3000 años de historia.

Por este motivo, si le interesa estar en la legalidad, le preocupa la fuga de capitales y quiere cerrar la brecha digital, sea patriota: desinstale la copia ilegal de su computador e instale una copia legal de software libre, estará también cooperando con el mundo entero.

Solamente el software libre nos volverá mas libres

Referencias Bibliográficas

Otros sitios de interés

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