By | 2 marzo, 2006

CarretaExistió una época, en el pasado, en que todos se transportaban tirados por caballos o bueyes. Y había toda una suerte de artilugios: carretas, diligencias, carruajes, charrés. Y toda una infraestructura logística alrededor: posadas cada pocos kilómetros, intercambio de caballos, cocheras y caballerizas. Y todo un sistema de industrias afines: herreros, talabarteros, escuelas de cocheros, veterinarios.

Auto ViejoEn un presente lejano de nuestro tiempo, ese pasado se encontró con un futuro: el automóvil; que resultaba ser un trasto pesado, ruidoso, que despedía humos nauseabundos y que solo unos pocos pioneros se atrevían a utilizar.

Así esos pioneros del automovil, que irrumpían cual solitarios kamikazes en las rutas dominadas por los caballos, se vieron sometidos a toda una suerte de situaciones ridículas provocadas por Señores subidos a sus carruajes. Recuerdo una filmación donde un conductor tuvo que desarmar la mitad de su automóvil porque el caballo asustado no se animaba a pasar frente al mismo (obviamente, según afirmación de su dueño).

Pero el automóvil se perfeccionó, se hizo más accesible y todos querían tener uno. Y surgió una infraestructura de estaciones de servicio, tiendas de repuestos. Y toda una industria afín de gomeros, torneros, mecánicos y todo lo que ya sabemos.

Creative CommonsLos que se mantuvieron firmes en su paradigama del carruaje como medio de transporte, se fundieron.

Hoy el sistema de Derechos de Autor y Derechos de Copia se encuentra enfrentado a un nuevo paradigma: los autores compartiendo con los usuarios.

Entonces existe toda una infraestructura de disqueras, distribuidoras, editoriales, organismos de fiscalización (aka: gestión colectiva). Con toda una infraestructura de legislación, doctrina y jurisprudencia. Y un sistema de industrias afines: editores, imprentas, publicitas, transportistas, abogados, gestores, jueces y policías; que están abocados a que todo mejore y nada cambie.

GNUPor otro lado, el sistema así creado ha dejado de dar soluciones a mucha gente: bandas o cantautores emergentes, escritores en Internet y, por supuesto, programadores; que deciden escapar del sistema tradicional y compartir sus creaciones intelectuales con sus semejantes.

En el presente los usuarios, consumidores y clientes, cual pioneros del automovil, empiezan a preferir obras compartidas en lugar de las obras que no se comparten. Y obviamente, el choque de estas dos posiciones produce situaciones ridículas:

Dedíquese a fiscalizar lo que gestiona

SGAELa SGAE de España es mundialmente conocida por su celo fiscalista, pero acaba de recibir un tatequito judicial, cuando basado en su paradigma de gestión accionó contra una asociación que se cuidaba celosamente de utilizar exclusivamente obras compartidas por sus autores. El Juez dictaminó:

Que desestimando como desestimo la demanda formulada por el Procurador de los Tribunales don Víctor García Montes en nombre y representación de la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES (SGAE) contra ASOCIACION CULTURAL LA DINAMO, representada por la Procuradora doña Isabel Martínez Gordillo, debo absolver y absuelvo a la demandada de todos los pedimentos de la demanda, con expresa imposición de las costas procesales a la parte actora.

Lea todo el comentario y obtenga copia de la sentencia en Derecho de Internet.

Sitios como freesound, con cerca de 20.000 canciones, o jamendo, con sus 650 algumes para ser descargados, están ofreciendo opciones a todo aquel que quiere estar dentro de la legalidad y disfrutar de la música.

Con Software Libre es practicamente imposible hacer cumplir la ley anti-pirateria

FirefoxEstas fueron los comentarios que Gervase Markham, de la Fundación Mozilla, recibió de una gestora de derechos de autor británica, cuando descurbrieron ventas de CDs conteniendo Mozilla Firefox.

En una nota aparecida en el TimesOnLine, el propio Markham cuenta como siguiendo el procedimiento acostumbrado, se contactaron con la Fundación Mozilla para denunciarles que habían procesado a aluien que vendía copias ilegales de CDs con Mozilla y que estaban defendiendo los intereses de la Fundación.

Fue grande la sorpresa cuando reciben la respuesta de Markham diciendo que estaba totalmente permitido y fomentado distribuir copias «tal cual» del Firefox, inclusive cobrando por ello. Increiblemente Markham se vio obligado a probar que él era el vocero autorizado por la Fundación para tales declaraciones.

Como lo ha indicado el propio Markham:

«Esto demuestra como el modelo de software libre viene a romper con la vieja forma privativa de hacer las cosas, en donde copiar significa robar y se es culpable hasta demostrar inocencia»

Puede tener más información en el blog Mangas Verdes.

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Estamos viviendo tiempos de cambios, tiempos donde este tipo de situaciones se estarán dando casi diariamente.

No pudo vaticinar sobre qué sucederá pues soy parte interesada.

Lo que si creo es que es impensable darle a la gente medios para que pueda copiar lo que quiera como quiera y luego pretender hacer valer leyes y condiciones que fueron hechas para cuando unos pocos tenían los medios de copia. De la misma forma que no se puede pretener darle a los autores la forma de acceder directamente a su público/usuarios/clientes y luego quererlos encasillar en estructuras comerciales complejas y que no les son afines.

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